Las autopsias realizadas a los tres Carabineros asesinados en Cañete, en la región del Biobío, revelaron nuevos detalles del homicidio que sugieren una alta planificación y un ataque a sangre fría por parte de los victimarios.
De acuerdo a los primeros antecedentes, los uniformados se dirigieron al domicilio de Carlos Edgardo Antihuen Riquelme para verificar el cumplimiento de las medidas cautelares, a través de la ruta principal que une Cañete con Tirúa, para después trasladarse por un camino interior.
Según comentan los vecinos del sector, este sendero es difícil de transitar, además de que tiene mala señal telefónica y radial. Luego de avanzar 6 kilómetros, la hipótesis indica que los Carabineros se bajaron de la patrulla por la presencia de un portón que impidió su avance.
En ese momento, los criminales emboscaron a los uniformados y ejecutaron su ataque. En concreto, Carlos Cisternas Navarro, murió producto de un disparo en el tórax; Sergio Arévalo Lobo, cayó por diversos impactos en diferentes partes de su cuerpo; mientras que Misael Vidal Cid, falleció por un disparo en la cabeza.
En este contexto, el diputado de la UDI, Henry Leal mencionó que espera "que el Ministerio Público de pronto con su paradero y termine con esta sensación de impunidad. Estas personas deben pasar sus días en cadena perpetua".
Las diligencias presumen que, tras el ataque, los criminales trasladaron la camioneta hasta un camino ubicado en el sector de Quilaco Bajo, cargaron los cuerpos en el pick-up y prendieron fuego al vehículo. Posteriormente, los sujetos efectuaron varios disparos en el aire y huyeron del lugar.
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— Radios Regionales (@R_Regionales) April 29, 2024