Un estudio publicado en la revista Environment International señaló que los tampones poseen metales pesados entre sus componentes, como el plomo y el arsénico.
En concreto, se evidenciaron 16 tipos de metales en 14 de las marcas más reconocidas de productos sanitarios para personas menstruantes.
A los tampones fabricados con algodón y fibras artificiales se les encontraron plomo; mientras que en productos orgánicos se presentaron niveles altos de arsénico y otros elementos tóxicos.
El uso de estos metales es para darle diversas características a este tipo de elementos, como la capacidad de absorción, la eliminación de olores, entre otros.
La matrona y coordinadora de salud de APROFA, Fernanda Cabrera, indicó que "la presencia de metales como el arsénico y el plomo no tienen un nivel que sea seguro de exposición".
"Está relacionado muchas veces con efectos adversos, neurológicos, renales, cardiovasculares, patológicos, inmunológicos, reproductivos y de desarrollo".
Además, aseguró que en el país, "no hay normativas que regulen los componentes de la estrategia de gestión menstrual, entre ellas los tampones".
Un estudio encuentra arsénico, plomo y otros metales tóxicos en tampones menstruales https://t.co/81zVA7opfA
— EL MUNDO (@elmundoes) July 10, 2024
Legislación en Chile
Sobre esta problemática, actualmente existe un proyecto de ley que se encuentra en el Senado, y busca promover y garantizar los derechos de las personas menstruantes.
Al respecto, la diputada Carolina Tello, integrante de la Comisión de la Mujer y Equidad de Género de la cámara, aseguró que "oficiaremos al ISP para conocer si existen antecedentes o estudios en Chile al respecto si en el mercado nacional también contamos con esta presencia de materiales pesados en tampones que son un producto bastante usado".
Además de tampones o toallas higiénicas, existen métodos reutilizables, como por ejemplo la copa menstrual, elaborada de silicona o caucho; y el calzón menstrual, que está diseñado para absorber.