Un prolífico año para la investigación aplicada de la Universidad de Antofagasta lideró el equipo del Dr. Mario Grágeda, director de CELIMIN, quien junto al investigador Adrián Quispe crearon el «Método de Producción de Mg(OH)2 de alta pureza directamente a partir de bischofita de descarte industrial». El componente es de alto uso en la industria siderúrgica farmacéutica y de alimentos y su producción aporta a la economía circular dando un nuevo valor al material que se acopia en zonas de explotación minera en la Región de Antofagasta.
Tras seis años de desarrollo los investigadores obtuvieron la patente en Chile para obtener Hidróxido de Magnesio y entrar al mercado. El logro se suma a los otros dos registros de patentes obtenidos por el mismo Laboratorio sólo en el 2024 que fueron gestionados por la DITT.
“Para esta Dirección la gestión tecnológica es una herramienta primordial para llevar la investigación aplicada hasta el mercado. Son años de trabajo de los equipos de investigación en los laboratorios de la UA y nuestra misión es acompañarlos en todos los procesos hasta conseguir las patentes y licenciamientos”, explicó el Dr. Marcelo Cortés Carmona, director de Innovación y Transferencia Tecnológica UA.
Trabajo y compromiso
El liderazgo de CELIMIN y el trabajo de su director, el Dr. Mario Grágeda, como investigador y académico desde el año 2010 han contribuido al avance de la universidad. En los últimos 15 años, según el Dr. Grágeda, la investigación aplicada en la UA ha experimentado un notable avance, destacándose no solo a nivel regional y nacional, sino también a nivel internacional.
“Los principales desarrollos se han concentrado en núcleos de investigación muy potentes, especialmente en áreas de alto impacto que responden a la Facultad de Ingeniería, Recursos del Mar, y posiblemente algunas áreas de Ciencias Biológicas”, manifestó.
Estos avances han sido impulsados en parte por la creación de centros especializados como el Centro de Desarrollo Energético (CDEA), por ejemplo, que han potenciado a la universidad en su conjunto motivando a otras facultades y departamentos a seguir este camino. Grágeda, explicó además que la investigación aplicada, que implica transferencia tecnológica y patentamiento, ha sido el foco principal.
Sin embargo, la universidad enfrenta desafíos significativos en la transferencia tecnológica a la industria, debido a barreras legales y administrativas, la “permisología”. A pesar de ello, a través de la Dirección de Innovación y Transferencia Tecnológica, se están explorando mecanismos para colaborar con empresas y asociaciones estratégicas para superar estas barreras y lograr una transferencia efectiva de los desarrollos de investigación desde la UA a la industria.
Investigación aplicada
La última patente obtenida del Dr. Grágeda y su equipo tomó seis años de trabajo, desde la concepción de la idea hasta la obtención de la patente. El proceso comenzó con la colaboración de Adrián Quispe, memorista de la Universidad de Oruro, quien hizo su memoria sobre hidróxido de litio en CELIMIN.
“Necesitábamos purificar salmueras y eliminar el magnesio, lo que llevó a desarrollar una metodología para eliminar este elemento y producir un hidróxido de magnesio de alta pureza. Aunque enfrentamos retos iniciales, como la formación de geles durante el proceso, logramos superarlos mediante la cristalización, que permitió una mejor separación y eficiencia del proceso”, aclaró el investigador.
El resultado fue un hidróxido de magnesio con una pureza del 99,5%, considerablemente mayor que el 95% que se comercializa usualmente en la industria. “Este avance tiene un gran impacto potencial en la industria minera, ya que permite darle un valor agregado a desechos industriales como el cloruro de magnesio deshidratado”, agregó.
Además, están explorando diversas aplicaciones para este compuesto, desde la industria siderúrgica hasta la farmacéutica y de alimentos. El doctor Grageda asegura que “la capacidad de convertir el hidróxido de magnesio en óxido de magnesio con menor huella de carbono y consumo de energía abre nuevas posibilidades para aplicaciones industriales y comerciales, haciendo que este avance no solo sea innovador, sino también ambientalmente beneficioso”.
Sobre el trabajo que realiza la Dirección de Innovación y Transferencia de la UA, el investigador valoró los avances, ya que antes eran responsables de la gestión tecnológica, “cuando llega la Oficina de Transferencia Tecnológica (OTL), cambia el concepto, empezamos a pensar en patentes, en un levantamiento de tecnologías a identificar procesos”. Eso los llevó a visualizar el potencial de las investigaciones en el mercado, ”con el trabajo de la OTL hemos sido beneficiados como grupo de investigación, como centro de investigación y como Universidad”.
Para el director del CELIMIN, los desafíos son continuos y tienen que ver con el financiamiento para escalar los proyectos, “me gustaría ver concretadas varias iniciativas como la plataforma de baterías de litio, el escalamiento de la planta de hidróxido de litio. Además, espero que avancemos en investigaciones sobre nanomateriales para la extracción directa de litio y el reciclaje de baterías de litio. También me encantaría que nuestra labor en economía circular y la aplicación de compuestos de magnesio y otras sales tenga un impacto tangible en la industria. Para eso es crucial seguir formando a nuestro capital humano y ver a nuestros estudiantes y colaboradores crecer y contribuir significativamente a estos proyectos”, concluyó el Dr.Mario Grágeda.