Desde hace dos años antofagastinos y antofagastinas han sido testigos de las obras de mejoramiento de la Avenida Ejército entre Homero Ávila y la Ruta 28, en la zona sur de la ciudad, trabajos que implican la reparación de calles, veredas, ciclovías y áreas verdes.
Un estudio desarrollado por científicos de la Universidad de Antofagasta (UA) arrojó preocupantes resultados: se encontró una gran cantidad de diferentes tipos de residuos y, específicamente, pequeñas esferas de plástico expandido. Se trata de partículas de poliestireno que aparecen a raíz de la fragmentación de planchas de este material, que es comúnmente utilizado como aislante térmico y acústico en trabajos de construcción.
El formato de aplicación en estas obras dejó completamente expuesto este material permitiendo su progresiva fragmentación en microplásticos que se esparcieron por el borde costero, convirtiéndose en un riesgo de contaminación para los ecosistemas marinos y la salud de las personas.
Investigación
Esto, según la investigación llevada a cabo por científicos del Centro de Bioinnovación (CBIA) de la Universidad de Antofagasta, Vinko Zadjelovic, Vladimir Avalos y Carlos Riquelme, y la contribución de Paula Marín de la Facultad de Ingeniería de la casa de estudios, con la colaboración de investigadores internacionales de universidades de Canadá y España.
“En nuestra investigación determinamos como objetivo principal la extensión del sector en construcción en el cual se aplicaron juntas de expansión de poliestireno expandido. Por último, se tomaron muestras representativas de las dimensiones utilizadas en el sitio de la construcción. Con este paso final logramos estimar que potencialmente cientos o miles de esferas microplástico contaminantes se liberaron en el ambiente del borde costero de la ciudad”, explicó el científico Vinko Zadjelovic.
El investigador complementó explicando que el bajo peso de este material y, especialmente, de las esferas liberadas de estas planchas contribuyen a que sean fácilmente transportadas por el viento y corrientes marinas.
“La degradación de plásticos es un proceso altamente prolongado y, en algunos casos, se estima que puede llevar cientos o incluso miles de años. A pesar de los esfuerzos científicos, aún no se ha determinado con precisión el tiempo específico que podría tomar para que estos materiales dejen de representar un riesgo para el medio ambiente y la salud humana”, detalla Zadjelovic.
Peligro
El plástico se ha convertido en uno de los elementos más contaminantes utilizados por el hombre en la evolución de las ciudades. “Estas esferas poliestireno expandidas presentan diferentes riesgos para los ecosistemas marinos. Por ejemplo, se ha reportado que la ingestión de plásticos puede causar obstrucción del sistema digestivo y desnutrición en diferentes animales, como peces, tortugas, ballenas y aves. Otra consecuencia de este material es que al ser fácilmente acarreado por el aire o corrientes marinas puede servir como vectores de transporte de especies invasoras”, señaló el académico de la UA.
Zadjelovic agrega que este tipo de contaminación tiene potencial toxicológico de aditivos químicos, los que podrían ejercer un efecto negativo tanto en la salud de los seres humanos y ecosistemas marinos.
“Existen estudios específicamente del poliestireno, que exhibe niveles elevados de toxicidad para los ecosistemas acuáticos. Aunque los efectos específicos en los seres humanos no han sido completamente establecidos, la contaminación plástica ha demostrado causar diversos impactos negativos en el medio ambiente y sus habitantes”, cerró el investigador.