El 21 de septiembre se celebra en Chile el Día Nacional del Trabajador de la Radiodifusión Sonora, una fecha que rinde homenaje a los miles de profesionales que, a lo largo del país, mantienen en funcionamiento un medio esencial para la comunicación y la cultura. Establecida en 1942 durante el gobierno de Juan Antonio Ríos, y oficializada en 1991 bajo la administración de Patricio Aylwin mediante el Decreto Supremo 259, esta conmemoración reconoce la labor incansable de quienes trabajan en la radio, un medio que nunca descansa, ni siquiera en fechas tan emblemáticas como navidad, año nuevo o fiestas patrias.
Durante años, la celebración de esta jornada implicaba una tradición especial: las emisoras suspendían sus transmisiones durante 24 horas, dejando solo una radio de turno en FM y otra en AM. Sin embargo, en el año 2000, la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI) flexibilizó esta práctica, permitiendo que cada emisora decidiera si deseaba o no interrumpir sus emisiones. El motivo de este cambio fue evitar una posible ventaja para las radios que optaran por seguir transmitiendo, rompiendo el «pacto» informal que garantizaba un día de descanso para todos los trabajadores de este gremio.
No obstante, esta medida no estuvo exenta de críticas. La Dirección del Trabajo cuestionó la práctica de mantener a los trabajadores sin ese descanso legítimamente ganado. A pesar de que en 2011 se presentó un proyecto de ley que buscaba declarar este día como feriado irrenunciable para los trabajadores de la radio, la iniciativa no prosperó, quedando archivada en 2018.
Hoy, en medio de la revolución tecnológica que ha transformado las comunicaciones, la radio sigue siendo un medio vigente y relevante. La pandemia del COVID-19, en particular, reforzó su importancia como herramienta para entregar información confiable, entretención y cultura, adaptándose a las nuevas formas de consumo de contenidos.
La esencia de la radio, esa voz cercana que acompaña y conecta a las comunidades, sigue presente en cada rincón de Chile, demostrando que la labor de los trabajadores radiales es esencial, especialmente en las regiones donde la información y la tradición local encuentran su mejor aliado en las ondas radiales.