Decenas de agrupaciones ambientalistas de la región de Coquimbo protestaron para frenar el avance del proyecto minero “Campanario”, que busca instalarse en el Valle del Elqui.
Entre las principales razones, advierten que podría ensuciar su famoso cielo estrellado, además de generar varios problemas para la zona.
Según las denuncias de los activistas, el proyecto de la empresa canadiense Barrick Gold Corporation, fue aprobado por el Servicio de Evaluación Ambiental tras un proceso de revisión que no incluyó la solicitud de un Estudio de Impacto Ambiental, y desestimó las más de 600 observaciones enviadas por vecinos y profesionales de la comunidad científica.
En ese sentido, Bibiana Muñoz, vocera del movimiento “Elqui Sin Mineras”, criticó las normas del organismo público porque, según sus propias palabras, "son muy pobres y hechas para compañías que buscan explotar recursos naturales".
En concreto, las investigaciones de las organizaciones aseguran que el “Campanario” podría producir altos niveles de contaminación lumínica, que afectaría gravemente a los miles habitantes de los sectores aledaños y al turismo de la zona.
Además, estiman que el proyecto requeriría la utilización de 2,5 litros de agua por segundo, aumentando los niveles de escasez hídrica que mantiene la región de Coquimbo.
En vista de estas acusaciones, la empresa argumentó que cumplieron todas las etapas previstas por el Servicio de Evaluación Ambiental y que el proyecto solamente consistirá en actividades de exploración para evaluar la potencial mineralización del área, por lo que no habría impactos significativos para la provincia del Elqui.