Investigadores científicos de distintos países han descubierto un planeta similar a Júpiter, pero que es 2.000 grados más caliente que el Sol, lo cual es considerado un hallazgo que ayudará a comprender la evolución de planetas y estrellas en condiciones extremas.
El descubrimiento fue logrado y coordinado por el Departamento de Física de Partículas y Astrofísica del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel.
En este trabajo participaron numerosos centros de investigación y universidades de varios países y, actualmente, las conclusiones recopiladas se encuentran publicadas en la revista Nature Astronomy.
Los científicos, que utilizaron datos espectroscópicos recogidos por el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral, ubicado en Chile, confirmaron el descubrimiento de un sistema binario formado por dos cuerpos celestes a unos aproximados 1.400 años luz de distancia.
Estas cuerpos gaseosos pueden ofrecer una excelente oportunidad para seguir avanzando en la comprensión de la evolución de los planetas, planetoides y estrellas.
Un sistema binario de condiciones extremas
Este sistema binario, sin embargo, es el más extremo de su clase conocido hasta la fecha en cuanto a términos de temperatura, ya que según lo que indican, tendría unos dos mil grados Celsius más que nuestro Sol.
Fascinating: The atmosphere of an exoplanet
— World and Science (@WorldAndScience) August 11, 2023
This video shows infrared observations of a Jupiter-like planet around the star AF Leporis taken with the SPHERE instrument at ESO’s Very Large Telescope in Chile.
(Credit: ESO/De Rosa et al.) pic.twitter.com/ugmYlgFpEC
La investigadora Na'ama Hallakoun, del Departamento de Física de Partículas y Astrofísica del Instituto, señaló que, a diferencia de otros exoplanetas similares a Júpiter, es posible observar y estudiar este objeto debido a su gran tamaño en comparación con la estrella anfitriona que este orbita, la cual es 10.000 veces más débil que una estrella normal.
Si bien se refiere a este cuerpo celeste como un exoplaneta, también es válido referirse al mismo como "enana", que es el nombre que suelen recibir las estrellas.
En este caso, la estrella anfitriona del sistema Binario es una "enana blanca", lo que sería un remanente de una estrella similar al Sol, mientras que el exoplaneta es una "enana marrón", que tiene una masa entre la de un gigante gaseoso como Júpiter y la de una estrella pequeña.
Condiciones altamente hostiles para la vida
Las "enanas marrones" son a veces denominadas como estrellas fallidas, esto debido a que no tienen masa suficiente para alimentar las reacciones de fusión del hidrógeno.
A diferencia de los planetas gaseosos, estas "enanas" tienen una masa suficiente para sobrevivir al "tirón" de sus compañeras estelares, según han explicado desde el Instituto Weizmann.
Los investigadores indican que, objetos como este exoplaneta similar a Júpiter son la antítesis de los planetas habitables, ya que se trata de lugares "dramáticamente inhóspitos para la vida", sentenció la investigadora Hallakoun.