Con el objetivo de formar monitores medioambientales y dar a conocer diversas problemáticas, el Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA) de la Universidad de Antofagasta, realizó un seminario en que profundizó sobre la nueva normativa de luminosidad artificial (que entró en vigencia el 19 de octubre del presente año) y también abordó el impacto en las aves marinas nidificantes del desierto de Atacama, exposiciones que fueron dictadas por el astrónomo del Citeva, Dr. Christian Nitshelm y el doctor en Biología, Carlos Guerra Correa, respectivamente.
En esta actividad participaron principalmente estudiantes de diferentes carreras del plantel estatal y alumnos del Diplomado en Medio Ambiente, según explicó la directora del CREA, Dra. Beatriz Helena Soto: “Este seminario obedece a un proyecto de vinculación estudiantil que estamos haciendo, relacionado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el compromiso de formar monitores. Entonces la idea principal, el objetivo de esto es poder conocer qué tipo de contaminación puede estar afectando a la ciudad, para conocer cómo mejorar y las acciones que se han desarrollado, con relación a las normas y sus efectos en las personas, pero también en la biodiversidad”.
En cuanto a la ponencia presentada por el Dr. Nitshelm, destalló aspectos relevantes de la nueva norma de luminosidad artificial generada por alumbrados de exteriores, especificando las fuentes de luz, los plazos de implementación y su zonificación, ahondando en el resguardo de la actividad astronómica y las Áreas de Protección de la Biodiversidad.
“La ventaja de esta norma es que disminuye la sobreiluminación, de parar con actitudes aberrantes que vienen del pasado, como sobreiluminar en un estadio de fútbol cuando no hay partido de fútbol. ¿De qué sirve iluminar en un estadio de fútbol que no está siendo utilizado?, ¿De qué sirve iluminar el centro de una ciudad cuando no hay nadie a las 3 de la mañana? La nueva norma obliga a reducir la iluminación en ciertas horas, también utilizando un cierto tipo de luz y no la luz que se utilizaba antes, que es totalmente inútil en la noche. También es un sobreuso energético, significa un sobrecosto que los ciudadanos deben pagar”, manifestó el investigador de la Universidad de Antofagasta.
Una de las especies más afectadas por la contaminación lumínica son las Golondrinas de Mar, reportándose un millar de ejemplares muertas en cada temporada, ya que al momento de retornar al océano tras nidificar en el desierto de Atacama, se encandilan por la luz de las urbes e instalaciones industriales, desorientándose y perdiendo el control de su vuelo.
“Pasaron millones de años y nunca hubo luz artificial. Entonces, todos los animales, toda la biodiversidad se ajustaron solo a fenómenos lumínicos naturales, a la pasada del sol, la pasada de la luna, las fases de la luna, los cambios de las estaciones, en fin, de tal manera que hay una cantidad enorme de coordinaciones fisiológicas y conductuales de los animales que le han permitido sobrevivir en el planeta, haciendo uso de ese tipo de iluminación. Entonces, ahora aparece esta otra iluminación y los animales no la tienen dentro de sus registros, no está dentro de los registros evolutivos de los animales. Por lo tanto, se les crea toda una confusión en todo orden de cosas. Y eso está haciendo que muchos animales cambien sus condiciones, cambien sus capacidades de sobrevivir y muchos de ellos están muriendo, incluso por el fenómeno de la luz”, enfatizó el Dr. Guerra.
La iluminación artificial también afectaría los procesos de maduración sexual o de migraciones de las especies, en este sentido, la nueva norma lumínica mitigaría en parte los impactos (no del todo) y sería un primer avance para abordar esta problemática y además, concientizar sobre la importancia de regular los niveles de luminosidad y disminuir el riesgo de afectación a la avifauna que habita junto a nosotros, en el día a día y en sus ecosistemas.