Fue recién el martes 18 de septiembre de 1979 cuando la cueca fue promulgada como baile nacional en nuestro país, siendo escogida entre todos los otros bailes por mantener una mayor difusión y preponderancia histórica, manteniéndose vigente hasta la actualidad.
Con una duración aproximada de 1 minuto y medio y compuesta por 52 compases, esta danza simboliza la “clueca”, es decir, los movimientos que hace una gallina cuando es cortejada por el gallo.
Pero, ¿cuál es su verdadero origen?
Según señalan diferentes fuentes históricas, nuestro baile nacional tendría sus raíces en la “zamacueca”, baile que proviene de la zamba africana, así lo menciona el historiador y director del Centro de Documentación Patrimonial de la Universidad de Talca, Víctor Brangier.
Entre especialistas dedicados a la divulgación e investigación del folklore chileno, se estableció que la cueca se instaló en el país a lo largo del siglo XIX, siendo difundida en las cantinas, chinganas o quintas de recreo que se realizaban en la época.
Ahí, entre brebajes y espirituosos, risas y guitarras, se fue haciendo popular la música, el baile, los múltiples zapateos y cortejos.
La cueca ha pasado generaciones y ha sufrido varias transformaciones a lo largo de la historia, así como también su vigencia ha sido relativa, entre el declive y nuevos protagonismos.
El guitarrista y fundador del grupo cuequero nacional “A los 4 vientos”, Cristóbal Martínez, asegura que "ha habido un gran cambio, lo que es en el folclore, en la cueca misma chilena, donde al final los jóvenes de hoy en días estamos avanzando".
"Hay muchas bandas reconocidas de la cueca que la están llevando como música a distintos lugares", agregó.
Sin importar las diversas formas en las que se puede bailar o disfrutar de la cueca a lo largo del país, hoy, al igual como estipulaba el compositor e investigador musical Pablo Garrido en 1943, la cueca sigue siendo “el símbolo más puro de identidad” chilena.